Gigabyte RTX 3080 Aorus Xtreme 10GB - Tarjeta gráfica

La entrega fue en menos de 24h aluzinante y el producto de momento lo poco que lo he usado funciona muy bien (ojo con cajas pequeñas que es immensa). Esteticamente la pantallita es muy chula, pero en cambio el resto parece un poco una caja de zapatos.

La gama Aorus de Gigabyte es de las mejores que encontramos en cuanto a modelos AIB, y esta 3080 no es una excepción. Su precio es significativamente superior al del resto de 3080, por lo que es importante valorar si las diferencias que trae valen la pena. Tiene un disipador absolutamente masivo y de dimensiones descomunales (ocupa 4 slots y tapa 3 PCIe), unido a unos ventiladores increíblemente silenciosos, una cámara de vapor y un flujo de ventilación cruzado que hace que las temperaturas no lleguen a pasar de los 75 grados en máxima carga y potencia (370W en stock). Además, tiene un switch para seleccionar dos BIOS, una OC y otra silenciosa, aunque ambas son modificables desde aplicaciones como Aorus Engine o MSI Afterburner (esta última es la más recomendable). La última versión de BIOS (la F3) permite subir el TDP hasta 450W para hacer overclock extremo, en cuyo caso se llega a niveles de rendimiento equivalentes a una 3090 FE. Todo gracias a este TDP desbloqueado y su capacidad de refrigeración excepcional. Sin embargo, y como ocurre en todas las Ampere, el verdadero cambio de paradigma está en el undervolt, ya que bajándola a ~862 mV, se logra que las temperaturas no pasen 65 grados en máxima carga y se reduce el TDP a 290W, consiguiéndose así frecuencias más altas durante más tiempo debido al funcionamiento del algoritmo de boost de Nvidia (recomiendo encarecidamente investigar más al respecto), y por lo tanto logrando tasas de frames más estables y más altas de media que si dejásemos la gráfica en stock. Si ya de por sí la gráfica es silenciosa, haciendo undervolt es como oír un susurro lejano. Una absoluta maravilla.